Día de la Madre 2025: ¿Por qué Argentina lo celebra en Octubre?
El Día de la Madre en Argentina se celebra el 19 de octubre de 2025, continuando con la tradición de festejarlo el tercer domingo de octubre. A diferencia de muchos otros países que lo celebran en mayo, Argentina mantiene esta fecha por razones históricas y religiosas profundamente arraigadas en su cultura.
Origen Religioso e Identidad Cultural
La elección de octubre no es una simple decisión comercial. En 1931, la Iglesia Católica designó el 11 de octubre como el día para conmemorar la “Maternidad de la Virgen María”. Esta conexión religiosa vinculó la celebración con un significado espiritual. Con el tiempo, para facilitar la organización familiar y social, la fecha se trasladó al domingo más cercano, estableciéndose así el tercer domingo de octubre.
Influencia Global vs. Tradición Local
La versión moderna del Día de la Madre tiene sus raíces en Estados Unidos, donde Anna Jarvis impulsó el “Mother’s Day” en 1905, tras el fallecimiento de su madre. En 1914, Estados Unidos oficializó el segundo domingo de mayo como fecha nacional. Numerosas naciones adoptaron este calendario, pero Argentina prefirió mantener su propia tradición, con raíces más locales y religiosas.
Aunque ocasionalmente surge la propuesta de alinear la celebración argentina con el resto del mundo, ya sea para homogeneizar festividades o por razones comerciales, el arraigo emocional y cultural de octubre sigue siendo fuerte. Representa un contexto afectivo, climático y simbólico que muchos argentinos valoran y desean preservar.
Costumbres Argentinas en el Día de la Madre
Además de los regalos y las reuniones familiares, es costumbre enviar mensajes afectuosos y expresiones de cariño a través de WhatsApp y otros medios digitales. Las familias argentinas aprovechan este día para demostrar su amor y gratitud hacia las madres, reafirmando la importancia de esta figura en la sociedad.
Este 19 de octubre, Argentina celebrará una vez más el Día de la Madre, con mesas llenas, flores, regalos y, sobre todo, el mismo abrazo cálido que se da en otras partes del mundo, pero en nuestro calendario propio y con un significado único.