Lanús se consagró campeón de la Copa Sudamericana tras una final electrizante. El equipo dirigido por Mauricio Pellegrino demostró inteligencia, fiereza y contó con un arquero excepcional, Nahuel Losada, para superar al Atlético Mineiro. Doce años después de aquel título con los mellizos Barros Schelotto, los hinchas granates celebran un nuevo hito.
La Estrategia que Definió el Triunfo
Desde el inicio, Atlético Mineiro impuso un ritmo frenético y una presión asfixiante. Sin embargo, Lanús no se amedrentó. La clave estuvo en la inteligencia para manejar los tiempos y la fiereza para disputar cada pelota como si fuera la última. A pesar de la intensidad del partido, Lanús mantuvo la disciplina y evitó caer en provocaciones, terminando el encuentro con una sola tarjeta amarilla.
Figuras Clave en el Campo de Juego
Si bien Marcelino Moreno no logró desplegar su juego habitual, el equipo demostró solidez en todas sus líneas. Carlos Izquierdoz y José Canale fueron baluartes en la defensa, conteniendo la potencia física de Hulk. Sascha Marcich, aunque limitado en el ataque, exhibió una gran fortaleza defensiva. En el mediocampo, Agustín Cardozo y Agustín Medina mostraron personalidad para pedir la pelota y mantener la posesión en un sector superpoblado. Rodrigo Castillo, por su parte, se sacrificó en tareas defensivas, alejándose del gol pero contribuyendo al equilibrio del equipo.
- Inteligencia táctica: Adaptarse al ritmo del rival sin perder la identidad.
- Solidez defensiva: Contener a los delanteros rivales con garra y concentración.
- Personalidad en el mediocampo: Mantener la posesión y distribuir el juego con criterio.
Las atajadas de Nahuel Losada fueron fundamentales para mantener el arco en cero y asegurar el título. Su actuación consagratoria lo convierte en uno de los héroes de esta conquista histórica.